viernes, 17 de abril de 2015

Ha de florecer

Epidemia de nostalgias, azotando y arrasando. Nostalgias prohibidas, perdidas y que hacen que mis labios suspiren loas profanas y que mi pecho se desgarre ante el vacío y lejano calor.
Nostalgias que me hacen vivir añorando el dulce y cálido hálito que acompaña la pasión. Condena que tiraniza a este quien no es digno rival y no resiste.
Me refugio un parpadeo entre los brazos del quisiera. Luego lleno esa ausencia con frugales sonrisas y tareas que revisto de solemnidad y trascendencia… pero sigo esperando.
Y esas nostalgias se hace eternas, se hacen dueñas y van apagando el brillo de unos ojos que sonreían ante tu presencia.

Y algunos escandalizados han de condenar, pero este añorar es como la lluvia en el desierto. Se da entera y espera ver florecer… y ha de seguir esperando sin dejar de darse.